5 de diciembre de 2011

Ni sensible ni capaz



Le faltan horas al día para seguirnos queriendo,
apenas fue medio día y ya nos está amaneciendo...



La navidad se acerca y el letargado regalo bicentenario aun no está listo. “A marchas forzadas” dicen algunos, “al 90% de avance” dirán otros, “ya merito” argumentarán aquellos con fe patria, "no terminarán nunca" afirmarán los ya clásicos detractores de los símbolos sexenales. Al tiempo algunos lo ven con recelo, otros lo señalan con cierto asombro pero todos parecen lamerse los bigotes por una u otra razón.


Con recelo


Señalando firmemente los errores

El ya extrañado declarante reaparece en escena, Reforma da luz a su palabras y básicamente nos indica que la estela está mal hecha pues no siguieron el instructivo de armado. "La Estela de Luz tiene en su estructura la marca de su caótico proceso de construcción" nos dice el lapidario Arq. Cesar Pérez  que en otras palabras no hace ver  que el monumento en el pecado lleva la penitencia. Para justificar estas palabras puntualiza: "Están colocando el cuarzo de una manera tan terrible que el resultado tiene apariencia de parches".

"Desconozco quién lo decidió, pero creo que no tienen la sensibilidad ni la capacidad para hacerlo" y nuevamente nos explica que de su parte todo bien: "A partir de la solicitud que nos hizo la empresa de aceptar un cuarzo con vetas trabajamos en la selección de cada placa y en el mapeo por computadora", explica el arquitecto. "El resultado fue un acomodo que daba la apariencia de raíces de un árbol". Lo que no explica es como seleccionaron 1,704 placas para formar con las vetas las citadas raíces, asunto por demás simbólico (junto con el grosor de los tubos y su afición por la numerología) que hasta ahora se nos revela. Es de pensarse que no lo explica pues de hacerlo explicaría las verdaderas razones del atraso de la obra.

Ante la pregunta de si existe alguna manera de solucionar el "detalle de las manchas", Pérez Becerril responde (imagino que ufano), "se podría detener y volver a poner como se debe" dejando claro al periodista que la pregunta debió haber sido: ¿Por que razón no detienen todo y lo vuelven a poner como se debe, es decir, como usted dijo?.


Subale


Ya es tubo.



Como raíces de árbol.

El tamaño no importa, solo impresiona.


Pérez Becerril dice que es una pena lo que pasó con su proyecto. "La Estela va ser impresionante, pero sólo por su tamaño", asumiendo que si dejamos de lado el tamaño la decepción del espectador será enorme al no encontrar vetas que simulen raíces ("!mira mamá, los cuarzos del arco del bicentenario están mal colocados!, así es mijito, es una verguenza, !a lueguito se nota la falta de supervisión arquitectónica!"), o que el grosor de los tubos no coincida con los años de 1810 y 1910 ("Oye gordo, como que al monumento le falta cierto simbolismo ¿no crees?, claro que si chaparrita, yo creo que por eso las micros ya no hacen parada sobre Reforma para llegar al metro) o por la diversidad de tonalidades del cuarzo (siéntese aquí mi chula, cuente usted cuantas tonalidades de cuarzo brasileño pusieron los italianos y ese es el número de hijos que le voy a hacer si se casa conmigo, verdá de dios).



Pero ma allá del implacable juicio popular el director de la obra, el Ing. López insiste en que hay "incongruencias" en los señalamientos del Arq. Pérez y lo reta a responder: "Primero, el arquitecto acusó que su material era blanco completamente y que nosotros estábamos metiendo material veteado, ¿cómo ahora sale a decir que él ya tenía una composición de veta?, ¿tenía o no tenía veta?".

El Ing. López explica con implacables argumentos geológicos la diferencia de colores, "porque el mineral no es uniforme". Explicó que el material cambia y arroja distintas tonalidades y hubiera sido imposible lograr las mismas. De haberlo hecho (lo imposible), se hubiera desperdiciado mucho cuarzo y el costo hubiera sido insostenible (y seguramente también insoportable).

De acuerdo con el funcionario, la colocación de las placas se está realizando con la aprobación de dos coautores del monumento: Martín Gutiérrez y Rubén Peña, ex colaboradores de Pérez Becerril, a quienes el Arq. Pérez calificó indirectamente como "insensibles e incapaces" sin especificar quien era quien.

Finalmente el Ing. Pérez aclaró que " si no se llamó a participar al arquitecto titular fue porque incumplió al entregar un proyecto ejecutivo bajo términos "irrealizables", por lo cual hubo que hacerle modificaciones que postergaron su conclusión y aumentaron su costo.




Leyenda en el sitio.


La Punta
Para el 5 de diciembre esto parece no tener fin y si lo tiene, todo indica que será inconcluso. Una imagen vale mas que mil discursos y una rola anticipa todas las celebraciones, de hecho sería grandioso lo invitaran al festejo para darle el brillo que amerita la situación.



Besame así despacito y alarguemos el destino,
pues este amor tan bonito que se nos dio en el camino..

1 comentario:

Salvo Lomas dijo...

Ofrece una serie de aclaraciones sobre aspectos administrativos y tecnicos del proyecto que ponen un freno a especulaciones mediaticas. Que bueno que se den y que bueno que se publiciten en beneficio del prestigio de los arquitectos autores del diseño.