16 de agosto de 2010

De singular encanto.



Expresión utilizada por Alonso Lujambio para justificar el retraso y el alto costo del proyecto.

En esta historia apenas en construcción, solo es posible adelantar los retrasos y especular sobre la posible reacción de la opinión pública ante una serie de declaraciones "oficiales" anticipadamente anecdóticas.
Las citas (en color naranja) hablan por si solas, unas adivinando y otras evidenciando, pero sobre todo dan muestra del talante dominante en el proceso de edificación de “el” monumento. Se da cuenta y se relata.
A principios de año, se decía que la conclusión integral de la Estela de Luz, corazón del monumento que se construye en el Paseo de la Reforma, frente a la Puerta de los Leones del Bosque de Chapultepec, no se dará en septiembre, como originalmente se había planteado, sino dos meses después”, reconoció entonces José Manuel Villalpando, encargado de los festejos del Bicentenario a nivel federal. En entrevista develó que se contemplan “dos momentos inaugurales para la obra: a las 00:00 horas del 16 de septiembre se declarará inaugurada la Estela de Luz; la plaza que le rodea hasta el 20 de noviembre”.

Contratados, sindicalizados y anexas.
Obra del Monumento al Bicentenario
Bosque de Chapultepec.
Ciudad de México.

Aun entonces se tenía cierto optimismo oficial sobre el proceso de edificación aunque ya se nos dejaba entrever que el asunto no sería tan fácil ni particularmente sencillo. Poco tiempo después Villalpando reconoció que la intención original fue concluir los trabajos de manera íntegra en septiembre, sin embargo, hubo complejidades técnicas que atender. Evidentemente, a lo que yo pueda opinar, se impone la parte técnica de la constructora, que requiere ciertos espacios y movimientos para poder avanzar primero una cosa y luego la otra. Así de sencillo".

Adicionalmente cosas ajenas a las buenas intenciones comenzaron, casi de súbito, a entorpecer los trabajos, o al menos intentaron hacernos creer: “Los fuertes vientos que han azotado en los últimos días a la Ciudad, por ejemplo, han demostrado la necesidad de realizar rigurosos estudios”,  dejando claro que en Chapultepec también comenzaba a hacer aire, sin embargo su propia confianza también generó momentos reconfortantes: "Hoy me reconforta saber que la Estela de Luz está perfectamente bien estudiada, en base a ejercicios de laboratorio; en fin, simulaciones para resistir vientos de alta velocidad".
Para el mes de junio los creadores también se manifiestan, aunque en este caso no se trata de buenas noticias ni de buenas intenciones: “La Estela de Luz que  se construye en Paseo de la Reforma está en camino de convertirse en un proyecto incompleto”. Así lo prevé el arquitecto Martín Gutiérrez Guzmán, coautor, junto con los arquitectos César Pérez Becerril y Raúl Peña Arias, de esta iniciativa que tiene ya un retraso de nueve meses y carece de permisos administrativos para la conclusión de la llamada Plaza Bicentenario, “Se ha marginado la realización de la explanada que busca integrar peatonalmente la zona que se extiende entre los museos, el Monumento a los Niños Héroes, la Secretaría de Salud, los edificios de la zona oriente de Reforma, el Parque Ariel y recuperar parte del Bosque de Chapultepec que fue fragmentado por el Circuito Interior”.



“Por su dimensión, de más de 24 mil metros cuadrados y su complejidad, resulta inviable construirla este año, por lo que el proyecto quedará trunco”, advirtió entonces Gutiérrez Guzmán para luego dar la puntilla: "Levantar la estela en un año era viable, pero todo se ha retrasado tanto que la construcción comenzó apenas en 2010 y lograrlo en seis meses es complicado”.Todo lleva un proceso y requiere tiempo. Aunque la estructura y las placas de cuarzo se están haciendo externamente y sólo serán instaladas, mi experiencia me dice que será difícil terminarla con la calidad con la que se había planeado".
El calendario de trabajo y las buenas intenciones establecían que la edificación del “Monumento Conmemorativo del Bicentenario del Inicio de la Independencia Nacional” (su nombre oficial que por supuesto nadie podrá recordar completo), sería de junio de 2009 a septiembre de 2010, pero la obra comenzó formalmente hasta el 29 de marzo de este año.

El Arq. Gutiérrez Guzmán, consiente del tiempo, de la realidad y de la responsabilidad agrega: "A estas alturas no importa que la plaza no se inaugure este año, siempre y cuando de verdad se realice, porque si no el proyecto quedará incompleto", a diferencia de la mayoría involucrada hace análisis de la realidad y afirma con templanza que: "Las presiones a las que se ha sometido el equipo son muchas. En lugar de ganar un premio, parece que ganamos un castigo".
"Comenzaron a presentarse muchos problemas que retrasaron la obra, por ejemplo, no podíamos comenzar el proyecto ejecutivo porque las autoridades no contaban con un levantamiento topográfico y una mecánica de suelos que nos indicara cosas tan básicas como por dónde pasaba el drenaje o el sistema hidráulico. Por ello no fue posible cumplir con los tiempos de entrega". "Al principio nos dijeron que la Comisión estaba al servicio del proyecto, pero conforme pasó el tiempo, parecía totalmente lo contrario, que nosotros estábamos al servicio de la Comisión".
El arquitecto asegura que en su momento advirtió a sus colegas que en cuanto sucediera algún error o retraso, a quienes señalarían o voltearían a ver sería a ellos”, por lo que consideraba necesario transparentar lo que sucedía al interior; "pero un día César me llamó y me pidió que me retirara del proyecto con el argumento de que yo era un peligro por opinar y decir las cosas como son. Le dije que nadie podía ponernos una mordaza y que necesitábamos decir lo que pasaba, pero consideró que yo resultaría problemático". Esta última frase nos hace ver que en estos menesteres, la verdad no peca pero problematiza.

El Arquitecto Gutiérrez quería dejar clara la problemática desde su inicio y ante semejante “afrenta” fue marginado del proyecto. Por último nos deja ver que el tema de la "Estela de Luz” tendrá otros derroteros: "El proyecto que hicimos es resultado de nuestra obsesión por el espacio urbano y de 30 años de inquietudes e ideales. Ganar el concurso fue un gran reto, pero lo que vino después ha sido decepcionante, me han impedido ver y participar en el crecimiento de este hijo", agrega el arquitecto, quien está evaluando la posibilidad de emprender acciones legales para exigir sus honorarios como coautor y restituir el daño moral que, asegura, se le ha ocasionado.
Así o mas grande?.
Monumento al Bicentenario
Bosque de Chapultepec.
Ciudad de México



Las declaraciones no hacen mayor mella en la opinión pública y un mes después la confianza de los responsables llega a su máximo histórico, confianza excesiva que no solo recae en el proyecto sino también en ellos mismos: "La crítica no me afecta", asegura José Manuel Villalpando. El titular de la Comisión Organizadora de los Festejos del Bicentenario encuentra -siempre con una sonrisa que tampoco afecta sus declaraciones- explicación a cualquier crítica por las celebraciones que ya alcanzaron un costo de 2 mil 971 millones de pesos. "La crítica, la envidia es algo muy hispánico, muy mexicano", evidenciando que a el, a Juárez y al monumento; el viento, por más crítico que sea, no les hace nada, ya que la critica se ejerce por mero patrioterismo hispánico o como consecuencia del  mismo fervor nacionalista generado por los festejos que el organiza, asunto que no sabremos sino hasta dentro de 100 años, es decir para el tricentenario. Dios nos de vida.

Las alegrías no solo se complican en este asunto, la festividad bicentenaria tiene necesariamente que permear a todo el país, pero que al estar lleno de mexicanos la crítica corre como si de río se tratara, pero Villalpando ataja con soltura: En Guanajuato el Bicentenario pagará 39 millones 200 mil pesos por una escultura y eso puede parecer un derroche de ese estado, acepta resignado, aunque al instante revira permitiéndonos usar la imaginación al máximo: "Pero si el artista fuera amigo tuyo, dirías: '¡Qué bueno que le pagaron 39 millones de pesos!', o sea, depende", sin embargo podemos pensar que debió haber puntualizado que mucho mejor sería si este amigo nos debiera dinero  y que encima le gustará gastar a manos llenas con sus amigotes. En todo caso el estado "cuna de la independencia" no podría dejar pasar la oportunidad –que solo se da cada cien años- de tener su propio Ángel, faltaría mas y mas cuando el país esta en pleno proceso de “Guanajuatización”.

Y es justificable que se gaste tanto, dice Villalpando: "se trata de conmemorar a México. Este recurso es poco en realidad frente a los muchos millones de pesos que hay en el presupuesto nacional, se trata de hacer esto inolvidable", asunto que ya logró y eso que aun no es septiembre. Ya para estas alturas, nuestro amigo José afirma que el tema presupuestario es un asunto de simple óptica, máxime desde la óptica de quien tiene un sueldo bruto mensual de 119 mil 670 pesos según se establece en la página de la Comisión del Bicentenario que encabeza, sueldo que desde su perspectiva es simple tuna ante la nopalera presupuestal de la nación. El porcentaje si importa.

Posteriormente nos tranquiliza diciendo que todo esta bajo control ya que los aplazamientos en la obra estaban previstos, "Cuando tú construyes una casa también tienes retraso. Es exactamente la condición de la industria de la construcción en todas partes". Con los que nos hace saber que las construcciones nunca en ningún lado se terminan a tiempo y que esta no tendría que ser la excepción. Muy probablemente su nueva casa también se encuentre algo retrasada, a todos nos pasa y si no, nos pasará.

Al parecer la óptica del Presidente de la República no fue coincidente con la de Villalpando, el cual fue relegado a un segundo plano declarativo al ser sustituido unos días después de sus “desafortunadas y por demás contundentes” declaraciones, las cuales fueron espetadas durante una sonriente y confiada entrevista a los medios. El afortunado sustituto (quien seguramente estará de acuerdo con el Arq. Gutiérrez en el sentido de que el premio se convierte en castigo) y responsable de informar a la nación es el hasta ahora Secretario de Educación Pública Alonso Lujambio, quien no pretende opacar a su antecesor y ante pregunta expresa sobre si el monumento será inaugurado en la fecha prevista nos dice con todo el aplomo de quien carece de aptitud: "Es uno de los temas que estoy analizando con más profundidad... Yo espero estar próximamente en aptitud de detallar como va la Estela de Luz. Insisto, es un tema que estoy estudiando con precisión, viendo los documentos, analizando los temas con los arquitectos, con los ingenieros".

Irrelevancias
Monumento al Bicentenario
Bosque de Chapultepec
Ciudad de México


Ya para agosto (mes en el que esto se escribe), el mismísimo Presidente de la República nos da una mala noticia que curiosamente no causó sorpresa exceptuando al amigo José: la Estela de Luz no estará lista para el 15 de septiembre, según lo planeado, sino hasta el último tercio de 2011" ante lo cual el Sr. Secretario inmediatamente matiza, relativiza e infunde confianza en su creer: “Un año más o un año menos, es un dato irrelevante” y no contento de quitarse el reloj también nos dice el porque: "Esta es la pieza con la que los mexicanos queremos celebrar los 200 años de nuestra historia y estamos pensándola para 200 años. (...) Si la pieza se acaba de construir en el año 2011, créanme que nadie pensará que estamos ante un dato relevante", entonces queda claro que todo es relativo y si además nos ponemos crédulos queda claro que nadie podrá pensar en volverlo un dato relevante. Si el gasto es poco el tiempo tampoco importa.

Posteriormente el secretario apuntala que el costo del monumento, diseñado por el arquitecto César Pérez Becerril (y por supuesto nadie, nadie mas), se elevó de 393 a 690 millones de pesos. "¿Caro?", preguntó sonriente ante la pichicatez de la pregunta. "Yo diría que necesario, justificado por su propia belleza". Lo que nos revela que la belleza tiene su precio y este no solo se justifica, sino que hasta se entiende y si de plano si algo nos gusta mucho, hasta se deja propina, faltaba mas.

Durante la misma conferencia de prensa realizada en la SEP estuvo presente el amigo Villalpando, quien en febrero pasado informó que se habían realizado los estudios de suelo con apoyo de dependencias universitarias como el IPN, y aseguraba que la Estela de Luz sería inaugurada el 16 de septiembre. En julio todavía insistía en que podría quedar terminada en dos meses. "No tengo información de que vaya a pasar algo distinto", señaló. Pero en esta última conferencia no dijo una palabra sobre el tema, seguramente por que aun no tenia información que pudiera contradecir su optimismo original. Estaremos pendientes.

El secretario Lujambio informó que el Gobierno pagó a una “institución canadiense” un estudio --que primero definió como "prospectivo a 200 años" y luego simplemente "de vientos" para prever las modificaciones necesarias, según el funcionario, “los resultados entregados el pasado enero fueron desastrosos: vaticinaron fuertes ráfagas de viento, movimientos telúricos y un incremento sustancial de la densidad urbana, por lo que se decidió reforzar la construcción: se aumentó 50 metros la profundidad de los cimientos, se duplicó el grosor de las paredes de la estructura y se usaron "sintonizadores de vientos" alemanes. "El Gobierno federal no va a apresurar irresponsablemente la construcción de esta inigualable obra de arte y de ingeniería", zanjó un funcionario lo suficientemente temeroso de los vaticinios canadienses quienes con el oráculo de su conocimiento técnico predicen un panorama por demás apocalíptico para los próximos 200 años (aunque no aclaran si se refieren únicamente a la Estela de Luz o a la estela dejada por los festejos) y prefiere curarse en salud. Hombre prevenido gasta por dos.

Así mismo el Sr. Secretario nos recuerda que el monumento no tendrá un capelo protector, ni siquiera una cubierta de “plástico cristal”: "el monumento es una doble estela de acero que estará a la intemperie, este hecho, obligó al gobierno a buscar materiales muy especiales. No existen en México y hubo que salir al mercado internacional. Así, para finales de 2011, el monumento, lucirá cuarzo brasileño y acero traído de Finlandia y forjado en Italia". Tras aceptar que la Estela de Luz se retrasaría un año, Lujambio se negó a hablar sobre la Plaza del Centenario de la Revolución, planeada para dar contexto urbano a el monumento: "creo que en unos meses podríamos decir qué pasara con la Plaza", lo que nos hace pensar que probablemente esta a la espera de otros vaticinios. El funcionario se hizo acompañar por Pérez Becerril, quien aseguró que de su parte no hubo omisiones afirmando que: "para cualquier tipo de proyectos se toman medidas de seguridad de la ciudad", dejando de una buena vez bien claro por andan ya las prioridades.

Pero no solo preocupado por hacer algo que no ponga en riesgo a la ciudad, el secretario expresa sus convicciones formales ante el monumento: “de extraordinaria esbeltez, singular encanto, y complejidad en su construcción” y apunta con el conocimiento típico del buen comprador: “Este cuarzo es traslúcido y en el día hace una peculiar reflexión de la luz y de noche con iluminación obtiene otro efecto, por eso se llama “Estela de Luz”. Lujambio y Becerril, detallaron la complejidad de la obra y su representación simbólica al afirmar que: “se excavaron 50 metros para la cimentación —que estará concluida en dos o tres semanas—, similar a la de Torre Mayor y se colocan sintonizadores de viento y sismos, técnica que sólo lo tienen 47 edificios de todo el mundo”. Ya encarrerados en la cuestión formal y significativa, Pérez dijo que su obra “expresará, entre otras cosas, la variedad de razas que forman a los mexicanos de hoy”. Por último y dejando claro que lo bonito cuesta caro y sobre todo lleva su tiempo, el secretario destacó que : ”se trata de una obra de arte de inigualable belleza y no de un edificio común. La Estela de luz es una pieza única de la arquitectura mundial, es una obra sin precedentes, como obra de arte y como pieza de ingeniería”. Ante este conjunto de declaraciones es claro que los responsables han logrado convencernos sin mayor esfuerzo, que ante el conjunto de sus atributos tanto estéticos como simbólicos y sobre todo, velando por nuestra seguridad ante un cúmulo de calamidades inimaginables mas allá del sur de Canadá, todos debemos de pensar fervientemente: “que bueno que la obra va a llevarse mas tiempo de lo pensado y va costar mucho mas dinero, será tan bonita que bien vale la pena cualquier cosa”. Pido un aplauso para el Bicentenario que por fin ha llegado.

De singular encanto
Monumento al Bicentenario
Bosque de Chapultepec
Ciudad de México